lunes, 8 de diciembre de 2014

FRAGMENTO DE LA ÚLTIMA CARTA DE EINSTEIN A SU HIJA

 
Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los prejuicios del mundo. Te pido aun así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo... que te explico a continuación.

Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el amor.

Cuando los científicos buscaban una teoría unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas.

El amor es luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe. El amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo. El amor revela y desvela. Por amor se vive y se muere. El amor es Dios, y Dios es amor.

Esta fuerza lo explica todo y da sentido en mayúsculas a la vida. Ésta es la variable que hemos obviado durante demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo.

Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E=mc2, aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites.

Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras fuerzas del universo que se han vuelto contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser sintiente que en él habita, el amor es la única y la última respuesta.Quizás aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada.

Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo trascinde y todo lo puede, porque el amor es la quintaesencia de la vida.

Lamento profundamente no haberte sabido expresar lo que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda mi vida. Tal vez sea demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo, necesito decirte que te quiero y que gracias a ti he llegado a la última respuesta.

Tu padre (Albert Einstein)

viernes, 5 de diciembre de 2014

LA VIDA EN MIL COLORES

 
 
P. Nieto - ESPACIO HUMANO
Marilyn Rossner vive una vida en mil colores. Los que viste por fuera, en su ropa siempre multicolor, y los que ve en el mundo exterior y en el aura que nos rodea a todos.
 



Doctora en Educación especial y Máster en Psicoterapia y Psicología de la conducta es una eminencia en el campo educativo pero también es una eminencia en ese otro campo, menos “normal” que es la mediumnidad y la comunicación con el más allá.

De niña ya no era como las demás aunque ella no lo supiera. Con poco más de cuatro años, Marilyn tuvo su primera visión: Vio un grupo de niños de diferentes razas y culturas que, cogidos de las manos, cantaban todos a una ‘¡Jesús es nuestro señor!’.

Nacida y criada en una familia judío-ortodoxa de ascendencia polaca, aquella afirmación fue algo más que una sorpresa; pero mayor fue el desconcierto de sus padres cuando aquella niña, de solo seis años entonces, empezó a describir con intensa viveza las imágenes de sus familiares que habían muerto durante el holocausto de la Segunda Mundial y que ella, obviamente, nunca había visto ni siquiera en fotos.

Sus padres, algo alarmados, la llevaron a ver al rabino que, según afirma Marilyn, “sabiamente” les aconsejó que cuidaran de esa niña que tenía un don especial, precioso y muy poco común.
Así creció Marilyn. Pensando que todos veían el mundo como ella. Que lo normal era ver espíritus, comunicarse con ellos, ver las auras de las personas, ser capaz de conocer su futuro.

Tenía ya 14 años cuando vio como una de sus compañeras del colegio se caía por una escalera y moría. Marilyn se lo contó a sus amigas de la clase. Cuando ocurrió el desgraciado accidente pasó lo inevitable: las otras niñas empezaron a tener miedo de ella. “Entonces fue cuando supe con certeza que no todos el mundo ‘veía’ como yo. Aquello fue un shock”.

P.- Usted ha dedicado una parte muy importante de su vida a difundir lo que para usted es una verdad indiscutible: que la vida existe después de la muerte.
R.- Desde que tengo memoria no he tenido la menor duda de que la muerte no existe, me refiero la muerte del espíritu porque la del cuerpo es inevitable. Siempre he sabido que el espíritu es eterno e inmortal. La muerte es el gran miedo de la humanidad así que lo que yo hago es traer esperanza y consuelo cuando puedo demostrar que el espíritu no muere nunca.

P.- ¿Nunca? ¿Eternamente vivo en el más allá?
R.- Efectivamente, eternamente vivo al otro lado, en una dimensión que, aunque nos rodea, es paralela a la nuestra, en una vibración mucho más sutil que la de nuestro cuerpo físico. Lo que sí es cierto es que el espíritu continúa evolucionando. Igual que el ser humano en su aspecto terrenal sigue creciendo y evolucionando a lo largo de toda la vida, el espíritu también lo hace.

P.- Seguimos aprendiendo entonces…
R.- Por supuesto. En el mundo espiritual nada es estático. Al otro lado llegamos con nuestros defectos y nuestras virtudes, con nuestro carácter… y allí nos quedaremos, aprendiendo y evolucionando hasta que decidimos ponernos de nuevo otro abrigo, otro cuerpo físico, porque sabemos que hay algo más que tenemos que hacer para lo cual nos es imprescindible volver a disponer de un cuerpo físico.

P.- Me está hablando de la reencarnación.
R.- Así es. Aunque sobre la reencarnación hay mucha gente, filosofías, religiones que tienen ideas muy dispares. ¿Sabía que hasta el Siglo IV la Iglesia Católica admitía la reencarnación? También hay muchos mitos sobre ello. Hay quien piensa que nos reencarnamos muy rápidamente si, por ejemplo, hemos dejado algo importante ‘a medias’. Lo que a mi me ha revelado el espíritu es diferente. Dios no nos obliga a volver a tener un cuerpo físico; solamente lo hacemos cuando sabemos que es imprescindible tener una ‘envoltura’ física para hacer aquello que sabemos que debemos de hacer. Es entonces cuando nuestro espíritu elige libremente volver a nacer.

P.- ¿Elegimos entonces la familia, el lugar, etc…?
R.- Elegimos la familia, la cultura, el lugar, ser ricos o pobres, de un color u otro, agraciados o no, con minusvalías o no… todo, lo elegimos todo, por eso siempre digo que cada uno de nosotros dispone en su interior de todo lo que necesita para llevar a cabo su misión, su meta.

P.- Y los pobres de necesidad, los niños de la calle, ¿también eligen?
R.- También. Como usted sabe, durante muchos años trabajé en India con la Madre Teresa de Calcuta y, a su muerte, inicié mi propia misión humanitaria en Sudáfrica, uno de los países africanos en los que más fuerte ha golpeado esa terrible enfermedad que es el Sida. Allí los niños padecen unas terribles minusvalías, los tiran literalmente a la basura… Esos niños me han demostrado que han nacido así para abrirnos los ojos al auténtico amor, al amor universal. Se han sacrificado eligiendo esas vidas para podamos conocer y sentir el amor. La verdad es que he conocido gente con la que, por diversas razones, he sentido una conexión muy especial. La Madre Teresa de Calcuta, el Papa Juan Pablo II, el Dalai Lama… pero aquellos que me han tocado en lo más profundo de mi ser han sido desde luego los niños de la calle, las sonrisas en las caras de los niños que exhalaban su último suspiro.

P.- Tengo entendido que, efectivamente, todo el dinero que llega a sus manos se va para sus queridos niños de Sudáfrica.
R.- ¡Hasta el último euro! Después, claro, de pagar los gastos que tenemos todos los mortales y mantener mi Centro en Canadá (www.iiihs.org) aunque en lo demás la verdad es que gasto poco!

P.- Es usted vegetariana.
R.- Estricta. Una de mis primeras visiones fue la del yogui y maestro hindú Sivananda y en ella me decía que yo no debía comer nada que procediera de ningún animal. Eso lo llevo a rajatable. Además procuro tomar las frutas y verduras frescas en crudo y las proteínas de soja que ¡por supuesto! no esté genéticamente modificada.

P.- Usted afirma que ve el aura de las personas.
R.- Siempre lo he visto. El aura es el campo energético que nos rodea y que varía con el estado de ánimo del momento, por ejemplo, en él es donde puedo ver las enfermedades, entre otras cosas.

P.- Usted cómo se definiría como medium, clarividente….
R.- Todas las antiguas religiones, incluida el Cristianismo, nos han enseñando que los espíritus positivos de seres queridos, pueden, en ocasiones, mandar mensajes a través de personas con una sensibilidad especial, para inspirar, guiar y ayudar a aquellos que están todavía en el cuerpo físico. La mayoría de médiums utilizamos nuestros dones de clarividencia, telepatía o trance, se puede denominar de diversas formas aunque el resultado es siempre el mismo. El objetivo es establecer un contacto natural entre los dos mundos, el del plano terrestre y el mundo de los espíritus en una dimensión superior...

P.- En el año 1977 usted predijo aquel terrible accidente entre dos aviones en el aeropuerto tiñerfeño de Los Rodeos en el que murieron casi 600 personas…
R.- Desgraciadamente, así es como fui conocida en España. Pero aquello me dejó definitivamente claro que hay cosas que son inevitables. Aquello fue una premonición, no se podía parar. Para mi fue impresionante. Estuve días llamando a todas las compañías aéreas que operaban allí pero, claro, ¡pensaron que estaba loca!.

P.- Hace dos años en el Foro Internacional de las Ciencias Ocultas en Príncipe Pío (Madrid) también predijo la caída de siete regímenes en el mundo árabe…
R.- Y así está siendo, porque la llamada ‘primavera árabe’ todavía no ha acabado…

P.- En sus seminarios, además de entregar al público los mensajes de sus seres queridos, lo más importante para usted es que los asistentes sepan que todos podemos hacer lo que hace usted.
R.- Es que todos hemos nacido con el este don. El único problema es que por cuestiones sociales y educativas nos obligan desde pequeños a suprimirlo. Seguro que todos los lectores de su revista tienen o han tenido –a lo mejor ellos mismos- un niño alrededor que juega con su amigo invisible, o que afirma ver a su abuela muerta. En ese caso, deben creerle. Hasta los 6 o 7 años, los niños están abiertos al mundo espiritual, somos los adultos los que suprimimos esos dones por diferentes convencionalismos.
Ella tuvo la suerte de tener unos padres que entendieron que su don era tan maravilloso que merecía la pena alentarlo y ahora, viviendo entre dos mundos, nos regala a todos con la maravillosa experiencia de la comunicación espiritual.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Entrevista a Marilyn Rossner

 
Cuenta que con cuatro años le dijeron que Dios existía y que su misión en la Tierra era ayudar a la humanidad. Marilyn Rossner, de profundas creencias religiosas, proviene de una familia judía ortodoxa. “Soy judía pero acepto a Cristo”, afirma. Su infancia marcó su destino. Es una de las médiums más prestigiosas del mundo y líder espiritual de su país (Canadá). Su currículum no incluye sólo predicciones o diálogos acerca de la muerte y los espíritus si no que es mucho más que eso. Es Doctora en Ciencias de la Educación y fue Directora de Educación Especial en el Departamento de Psiquiatría del Hospital de Niños de Montreal. Pasa un mes al año, y ya van diecisiete, con los niños abandonados de Sudáfrica con problemas físicos, mentales y de desarrollo a quienes ayuda. Tiene un máster en Psicoterapia y colabora con el Departamento de Información Pública de Naciones Unidas. Vehicula su trabajo a través de su Instituto y Fundación Espiritual.
Explica que cada día “madrugo, medito, rezo, hago yoga y sigo una dieta equilibrada”. Está en Barcelona esta semana presentando un nuevo libro titulado “¿Tienes una invitación para ir al cielo?” (Ediciones Urano) que contiene tres preguntas importantes sobre el otro mundo, el de los muertos. En él explica, en primera persona, desde cuando tiene este don y relata algunas de las predicciones que ha hecho a nivel mundial. Tuvo una audiencia con el Papa Juan Pablo II y el Dalái Lama, y trabajó con la Madre Teresa de Calcuta. Mañana sábado también imparte un seminario en el que profundiza sobre todos estos conceptos y da mensajes del más allá a los asistentes.

 
-¿Cuántas veces ha tenido que superar los prejuicios de quiénes puedan considerar que usted es una farsante?

-Creo que los prejuicios sólo son una oportunidad para explicar el amor, la luz y la verdad. Si entendemos de dónde vienen los prejuicios, entonces podemos entender porqué son así.

 
-Pero, ¿qué le dice a esta gente cuándo se la encuentra cara a cara?

-Simplemente digo la verdad.

 
-También habrá personas que crean de forma ferviente en usted como alguien que les puede solucionar la vida.

-No participo en ningún concurso de popularidad, sólo estoy compartiendo la verdad del mundo del cielo. Aquellos que están preparados para aceptar la verdad, la aceptan. Y los que no… Está bien, la pueden dejar en una estantería, pero el día de su muerte les llegará igualmente. Todos y cada uno de nosotros morirá algún día y es necesario que aprendamos a no temer ese paso, porque sólo es un cambio de escenario y traje, una nueva función. Si no crees y eres feliz, perfecto, yo no tengo que convencer a nadie de nada, pero aunque no creas, aunque no sientas, cuando te ocurra algo o te estés muriendo, acabarás diciendo: “Dios ayúdame”.

 
-Este sábado imparte un seminario en Barcelona. Suele ser un acontecimiento en el que pasan muchas cosas…

-La conferencia del sábado cubre muchos aspectos de la vida espiritual: qué pasa después de morir, aprender a morir, a entender a los guías espirituales…

 
-¿Qué significa para usted trabajar con muertos y espíritus?

-Es el mejor regalo que Dios podría haberme dado porque estamos enla Tierra muy poco tiempo y realmente necesitamos saber la verdad.

 
-Dice que tiene capacidades telepáticas, clarividentes, precognitivas, clarisensitivas y psicométricas. ¿Cómo usa su don y cómo se comunica con los espíritus?

-Rezo, llamo a mis guías espirituales y entonces un guía especial empieza a comunicarse con los guías de otras personas y con aquellos seres queridos que han sido importantes en la vida de esas personas. Una médium es una persona que trae mensajes de aquellos que están al otro lado y quieren decirnos que siguen vivos. En mi caso, veo determinadas cosas alrededor de personas: colores, fechas y espíritus. Cuando alguien va a morir siento que su cuerpo astral está preparado para abandonar el físico, y a veces siento, veo u oigo que alguien quiere hablar, así que me ofrezco como intermediaria. Entro en trance y el espíritu se comunica a través de mí.

 
-¿Cómo ha aprendido a vivir con este don?

-Me siento bendecida por tener este don. Todos nacemos con estas habilidades para llegar a comprender el mundo terrenal y el del más allá. Todas las personas tienen la habilidad de comunicarse con el mundo espiritual y redescubrir su potencia interior.

 
-¿Y la gente no le tiene miedo por eso?

-La gente no tiene miedo de mí, tienen miedo de saber la verdad. Y cuando tienen miedo del mundo espiritual es por aquello que les hayan contado, pero habitualmente se sienten liberados cuando comprenden dónde van a ir cuando mueran. La muerte es una gran incomprendida. Ha sido rechazada y condenada a ser la mala de la película porque no sabemos qué hay más allá. Pero nadie puede ser realmente feliz en la vida si no entiende el proceso de la muerte.

 
-¿Cómo podemos aprender a morir?

-Viviendo bien, trabajando nuestra psique y nuestro cuerpo, y tanto al ir a dormir como al despertar cada mañana afirmemos verdades espirituales de la vida, amor, perdón y alegría.

 
-¿Es usted religiosa?

-Yo creo mucho en Dios, en Jesús, en la Virgen María, en el mundo espiritual, en los ángeles, en los santos… ¡Muchísimo! Mi marido, no lo olvide, fue cura anglicano, un obispo de la Iglesia Anglicana.Y yo vengo de una familia muy religiosa y muy rica espiritualmente. Mis padres eran personas muy amorosas y fuertes, profesores de religión mística. Creían mucho en la educación, en el amor y en el respeto. Siempre estuvimos rodeados de gente católica, pero yo no encuentro diferencias entre culturas, etnias o religiones.
 
 
-¿Ha visto a Jesús y a la Virgen?

-Durante mi infancia experimenté la visión de Jesús y de la Virgen Maríaen distintas ocasiones. Jesús es un gran maestro que me ha acompañado desde niña. Tuve la bendición de recibir su visita en distintas ocasiones. Le ví, oí y recibí sus enseñanzas de amor, las cuales son la respuesta a nuestras preguntas. Yo las he interiorizado para poder mostrarlas a los demás.

 
-Y su marido, el padre John Rossner, murió hace dos años…

-Mi marido… Bueno, no me gusta pensar que ha muerto. Me gusta pensar que está vivo en el cielo. Y lo está. Mi vida junto a él ha sido muy sencilla. Él sigue acompañándome desde su nuevo hogar.

 
-¿Habla con él?

-Mucho, por supuesto. Muchísimo (ríe).

 
-Los mandatarios internacionales y personajes conocidos, ¿le han pedido ayuda o ha trabajado para ellos?

-Me han recibido los más altos mandatarios y presidentes… pero la gente más importante para mí son los niños que mueren. Las personas más importantes para mí son mis niños en África a los que visito cada año, los niños que han sido golpeados y abusados y a los que amo. Mi esposo siempre los llamaba los santos de nuestra vida porque nos han demostrado que, a pesar de todos los sufrimientos que puedas pasar, siempre hay lugar para el amor.

 
-¿Cuánto tiempo lleva visitando a estos niños en África?

-Diecisiete años. Voy a ayudar en la organización de los orfanatos que dan de comer a los niños y a ayudar a las personas que trabajan allí con ellos. Trabajo para ayudar a que todos los niños puedan aprender y ser felices, sin importar su problema, porque todos pueden hacerlo. Tenemos la oportunidad de quererlos y cuidarlos y darnos cuenta de que en el mundo espiritual no existen hándicaps. De ellos he aprendido que todos los niños responden al cariño, responden al amor porque son puro amor.

 
-Pues de África nos ha llegado ahora el Ébola…

-No es la primera vez que pasa algo parecido. Si miramos hacia atrás, en la historia de Europa, veremos que han habido muchos momentos de crisis. Este es uno de ellos pero se va a gestionar bien. No tengo dudas.

 
-¿Qué es para usted un milagro?

-El milagro más grande es que en medio de lo que sucede en el mundo exterior con traumas, tragedias, enfermedades, miedos, asesinatos… aún hay gente que quiere compartir la luz. Eso es un milagro.

 
-¿Qué le dice a la gente que quiere seguir compartiendo la guerra?

-Tenemos que entender porqué ellos quieren compartir la guerra. Lo hacen porque habitualmente están rodeados de almas perdidas. Lo hacen porque de alguna forma en las memorias de sus ancestros y generaciones están atrapados en algún tipo de comportamiento… Pero esto parará... Estamos al borde de una segunda revolución copernicana donde la gente conocerá el mundo espiritual gracias a sus propias experiencias interiores. Tenemos que aguantar sólo un poco más, porque estamos a punto de entrar en un periodo de profundos cambios espirituales. En su día profeticé lo que ocurriría con el muro de Berlín, con la economía, con el oro…, así como el crack informático mundial que llegará en uno o dos años. Muy pronto todos los aparatos sufrirán un apagón o desconexión, así que hagan copia de todo lo que hay en nuestros ordenadores.
 
 
-Da un poco de miedo pensar en profecías…

-La respuesta es muy simple: cuando venimos al mundo, nacemos ya con unas respiraciones contadas y cuando éstas se acaban, se terminó. Quienes se van en un accidente son personas que se tenían que ir.

 
-A quién ayuda entonces, ¿a los espíritus o a los vivos?

-Los espíritus también están vivos, así que afortunadamente ayudo a aquellos que tienen tanto un cuerpo físico como a los que no lo tienen y que quieren que comunique que no están muertos.

 
-¿Hay fraude en el mundo de los médiums?

-A mí no me importa lo que hagan los demás. Jesús dijo: no juzgues y no te juzgarán. A lo largo de mi vida he ido encontrándome con muchas personas que poseían dones, pero también con gente que desea tenerlos y no lo sabe hacer bien, que se engañan a sí mismas más que a los demás. Y sí, también me he encontrado con algún fraude, aunque no demasiados.

 
-¿Qué le diría a alguien que busca cuál es su misión en la vida?

-A las personas que buscan cuál es su misión en la vida las ayudo a entender porqué vinieron a la Tierra, porqué escogieron la familia que tienen y miramos cómo han sido sus primeros años de vida, de existencia, para buscar patrones o comportamientos de sus ancestros. Todo el mundo tiene una misión y viene a la Tierra por un sueño.

 
-Así que nuestro destino, ¿está predeterminado?

-No exactamente. Lo que está predeterminado son los dones que vamos a tener, los intereses, las influencias. Si eres escritora, por ejemplo, lo puedes usar para trabajar en televisión o para escribir historias para niños.

 
-Cuando morimos, ¿Vamos todos al mismo sitio independientemente de nuestras acciones en esta vida?

-Todos vamos al mundo espiritual pero no al mismo sitio. En el mundo espiritual hay diferentes planos de conciencia.

 
-Si tuviéramos otra conciencia de nosotros mismos, de lo que somos, ¿habría menos enfermedades?

-Depende del contexto. No olvide que he trabajado en psiquiatría, creo en la medicina y en la curación. La medicina también viene de Dios. Así que a veces podemos curarnos con la mente, pero también se necesita la medicina tradicional.

miércoles, 29 de octubre de 2014

MARILYN ROSSNER


 
Marilyn Rossner es profesora de Educación Especial en la Universidad Vanner de Montreal (Canadá) y está especializada en Psicoterapia Infantil y Yoga. Fundadora del Instituto Internacional de Ciencias Humanas Integrales de Montreal. Con los ingresos obtenidos por sus actividades como medium, contribuye a sostener centros de asistencia social a niños y discapacitados en Sudáfrica.
 
Considerada como la mejor médium del mundo, la doctora Rossner realiza demostraciones de videncia en público que causan asombro por la precisión de sus vaticinios y por los mensajes que transmite del mundo espiritual, comunicación que para ella es una fuente ilimitada de amor incondicional.
 
Ha sido recibida por jefes de estado y presidentes del gobierno, así como por el Papa Juan Pablo II y el Dalai Lama. El director de cine Steven Spielberg se inspiró en esta psíquica canadiense de fama mundial para realizar su película “Poltergeist”. Según cuenta la propia Doctora Rossner en sus Conferencias, fue a la edad de 4 años cuando comenzó a manifestar públicamente su don de comunicación con los espíritus.
 
Su familia, de tradición judía, empezó a entender este don cuando, siendo todavía niña, Marilyn describía a parientes que habían sido asesinados en las cámaras de gas en el Holocausto nazi.
 
Marilyn dice que todos nacemos con esa habilidad y que al crecer, el miedo o los prejuicios nos impiden que continuemos con esa aptitud psíquica. "No sólo somos lo que vemos, sino que somos espíritus viviendo una experiencia humana; todos estamos conectados por lazos de amor".
 
Marilyn se entrega por completo a difundir el mensaje de amor y de energía que recibe de los espíritus desde que era niña. Son mensajes íntimos, profundos y espirituales, que a muchos tocan su fibra interior.